Después del post del jueves con el que os hacíamos una breve presentación de la agricultura ecológica, preparamos una cata de vinos ecológicos para poder adentrarnos en este nuevo panorama. Sólo os diremos que fue muy sorprendente: nos encontramos con vinos muy expresivos, muy auténticos, cada uno con un carácter propio, muy suyo.
Mueves el mango hacia arriba y el agua empieza a correr. A mi, nostálgico, casi me gusta más girar la manija... y el agua fluye. Algo tan simple, algo tan cotidiano lo hemos convertido en natural, mientras si tiro de memoria atrás, y no soy tan viejo, la gente iba a buscar el agua a afluentes, manantiales, cascaditas, pozos, caños, ... lo natural, lo que la tierra daba.