Bodega Martínez Lacuesta

Una bodega histórica de La Rioja con una larga tradición y reconocido prestigio en todo el mundo.

La Bodega Martínez Lacuesta nace en 1895, cuando Félix Martínez Lacuesta, bodeguero, abogado, político y publicista, empieza, con sus hermanos, a vender vinos y gaseosas por las calles de la Vega, Haro.

Fundador de la Bodega Martínez Lacuesta, Félix Martínez fue también el primer presidente de la Asociación Nacional de Viticultores e Industrias del Vino, así como del Sindicato de Vinos de La Rioja, y uno de los precursores del Consejo Regulador de la D.O. Rioja, representando a los bodegueros. La DO Rioja oficialmente se creó más adelante, en 1926, en parte gracias a sus esfuerzos. Fue Emiliano Martínez Lacuesta quien empezó a exportar el nombre en America ya a principios de los 1900, empezando rapidamente a conocerse el nombre de esta bodega también al otro lado del océano. En 1904 se abre la primera sucursal de la bodega en el centro de Madrid; en varias ocasiones también fueron los proveedores de vinos de la Casa Real. La Bodega Martínez Lacuesta tiene un patrimonio único gracias a su imagen, un estilo y glamour original y reconocible entre todas las bodegas históricas de la Rioja.

En 1937, al acoger un catálan suizo que escapaba de la Guerra Civil, reciben como compensación una fórmula para elaborar vermuts de manera tradicional.

Las fincas de propiedad de la Bodega Martínez Lacuesta se encuentran en Haro (Rioja Alta), en el margen derecho del río Ebro, donde conviven el clima mediterráneo y el clima atlántico. Los viñedos están a unos 400-500 metros de altitud sobre el nivel del mar. Las principales variedades de uva cultivadas son Tempranillo, Garnacha Tinta, Graciano y Mazuela, como se denomina la Cariñena en la zona de la Rioja; también podemos encontrar algunas cepas de uvas blancas como la Viura y la Verdejo.

Las vinificaciones se dividen en dos zonas de la bodega: una, donde encontramos los depósitos troncocónicos de acero inoxidable donde se desarrollan las maceraciones y las fermentaciones con todos los controles y las técnicas más avanzadas; y otra zona de elaboración ocupada por tinas de roble americano y francés (50%) y dos tinas de acero; en esta zona, las vinificaciones son más tradicionales, sin mucha ayuda de las tecnologías, siguiendo el buen hacer del maestro bodeguero y la tradición que ha pasado de generación a generación.

La espectacular sala de crianza hospeda unas 8.000 barricas de roble (90% americano y 10% francés), apiladas a cinco alturas y donde cada vino reposa durante un periodo más o menos largo con trasiegos por gravedad, sin utilizar ninguna bomba de succión; un proceso que ayuda a conseguir un filtrado natural y que los vinos tomen algo de aire antes de seguir su descanso en otra barrica.

Sin duda, los vinos Martínez Lacuesta representan el carácter más tradicional y clásico de La Rioja.