Bodegas Habla

Imprescindible conocer los vinos de Bodegas Habla para conocer la expresividad vinícola de la zona extremeña.

¿Qué relación podría encontrarse entre el majestuoso silencio que una vez decidió reinar para siempre en la radiante polis andina del Machu Picchu, y supongamos que también ajetreada, y la cacereña Bodegas Habla?; o ¿qué conexión habría entre esta bodega y la exuberante, caudalosa, alborotada cuando no sosegada, cuenca fluvial del río Amazonas? Una respuesta, cientos, miles de voces dueñas de relatos secretos, y una botella que cela torrentes de palabras que aguardan en silencio ser descorchadas.

Esta tierra extremeña ha sido y es cuna de valientes emprendedores, y la localidad de Trujillo, el origen de venturosas empresas. Una de ellas, Bodegas Habla en Extremadura, está volcada en cuerpo y alma a la vitivinicultura, con la finalidad de elaborar vinos sobresalientes, de mucha calidad y originales, porque quieren llegar a ser una referencia del vino de lujo.

Para elaborar sus vinos, disponen de unas 200 ha de viñedo que debe arraigar en suelos de baja fertilidad y naturaleza mineral pizarrosa. Este austero terroir es muy exigente con la cepa, por lo que ésta lo debe aprovechar al máximo para dar lo mejor de sí misma.

La finca se divide en 68 majuelos tratados cada uno de ellos de un modo personalizado y único, de modo que cada variedad defina “la expresión sincera del terruño”. Para conseguirlo, se emplean técnicas tan avanzadas como la teledetección o la fotografía de infrarrojos, además de la apuesta por mantener un compromiso con el medio ambiente empleando productos ecológicos en tratamientos específicos, y siempre que ello sea absolutamente necesario.

Los vinos tintos de Bodegas Habla se elaboran de las variedades Tempranillo, para la complacencia de los deleites sensuales; Cabernet Sauvignon, la que imprime carácter y elegancia; Syrah, exuberancia a raudales; y la Petit Verdot para aportar profundidad.