Cims de Porrera

De viñas viejas de Cariñena y Garnacha de muchas y pequeñas parcelas y con una elaboración tradicional, nace el vino de Cims de Porrera, pura expresión del Priorat.

La bodega Cims de Porrera en Priorat se fundó en 1996 por la unión del cantante y compositor Lluís Llach, enamorado de los vinos, y una familia relacionada con el mundo del vino hace varias generaciones, la familia Pérez Ovejero, con el propósito de hacer vinos de calidad en la Cooperativa del pueblo y ofrecer a los viticultores un precio justo y razonable por sus cosechas. Al cabo de los años la sociedad cambió, ya que Lluís Llach decidió dedicarse plenamente a Vall Llach, su otro proyecto personal, y entró en la sociedad el Grupo Peralada, distribuidor de sus vinos durante años. Hoy en día, la bodega está en manos únicamente de la familia Pérez, donde José Luís, socio fundador, ha dejado paso tanto como enólogo como en la gerencia a su hijo Adrià.

La filosofía de Cims de Porrera sigue siendo la misma, calidad e innovación con sus viejas Cariñenas en el cooperativismo de una buena calidad de vida para el agricultor, manteniendo siempre la sencillez y la sinceridad. Todos los vinos de Cims de Porrera nacen de viñedos controlados y asesorados por Adrià Pérez, aunque son gestionados y vinificados por sus propietarios, socios de la cooperativa del pueblo, donde en el momento de la vendimia esas uvas se pagan al precio que toca, ya que son viñedos viejos de excelente calidad y con redimientos muy bajos.

Los viñedos mayoritariamente tienen más de 70 años, plantados en terrenos agrestes con pendientes de hasta un 60%. El rendimiento por cepa, tal y como hemos dicho antes es bajísimo, tan sólo 300 gramos por vid y se llega a rechazar en algunas ocasiones hasta el 50% de la uva , antes de meterlas en las cubas de acero inoxidable para la fermentación. Por eso, el vino tinto de bodega Cims de Porrera es tan concentrado y particular, siempre elaborado con las dos variedades autóctonas de la zona, Cariñenas y Garnachas lo más viejas posibles. Alrededor de 15 productores cultivan las 54 hectáreas de viñedos que hacen posible tener estos vinos.

Nuestra opinión de los vinos de Cims de Porrera es que han sido los pioneros dentro de la DOQ Priorat en valorar el trabajo duro de los agricultores y han querido demostrarlo pagando siempre el precio que toca de esas uvas tan exclusivas y concentradas que dan caldos tan peculiares y maravillosos.