Raventós i Blanc

Elaboradores de elegantes cavas de finca, Raventós i Blanc es la bodega con más larga tradición en el mundo del vino y el cava.

Raventós i Blanc es la bodega con más larga tradición vitivinícola del mundo. La finca donde se encuentra Raventós i Blanc, de 90 hectáreas de bosque, viñedos y un lago, en Sant Sadurní d'Anoia ha pasado de generación en generación hasta día de hoy. Antes se llamaba Can Codorniu y pertenece a la familia desde 1497, pero fue, en 1681, cuando cambia de nombre, al ser, Maria Anna Codorniu la heredera y estar casada con Miquel Raventós. En 1872 Josep Raventós i Fatjó realizó el primer espumoso por el método tradicional. Su hijo, Manuel Raventós Domènech, fue un gran viticultor y fundó Codorniu SA en 1926. El nieto de éste, Josep Maria Raventós i Blanc, fue el creador de la DO Cava y presidente de ésta. En 1982, deja de ser el presidente de Codorniu. Pocos años más tarde, se vende las acciones de Codorniu y decide con su hijo, Manuel Raventós y Negra, fundar Raventós y Blanc en 1986. Su único objetivo era realizar un sueño. Hacer vinos espumosos por el método tradicional de prestigio, calidad y personalidad única. Crean el cava de finca.

Eligieron el un viejo roble como símbolo de la bodega, que preside sus cavas y sus marcas, integrándolo en el logotipo de la sociedad y en la arquitectura de las cavas. Es el fiel testimonio del compromiso con una tierra y de la fidelidad a unas ideas que se han ido perfeccionando a lo largo de más de 500 años. De arquitectura innovadora del momento, premio FAD de arquitectura en 1989, combina perfectamente funcionalidad y estética.

La finca Raventós i Blanc se encuentra en el centro de la zona vinícola del Alt Penedés, en la depresión geográfica ubicada entre la Sierra del Litoral por el Este, que ejerce de barrera para el exceso de humedad de las zonas costeras, Montserrat al Norte y la Sierra d'en Compte al Oeste, que protegen de los vientos y las bajas temperaturas procedentes de los Pirineos. Estos factores hacen que se encuentre en una zona de clima idóneo para el cultivo de la vid. La finca esta dividida en 5 viñedos distintos, La Plana, el Lago y El Serral, destinadas a vinos espumosos, y la zona sur del Serral y La Barbera, destinadas a vinos tranquilos. Y cada viñedo subdividido en parcelas, un total de 46, con una identidad totalmente diferenciada de la colindante. Esto les permite la obtención de uvas con personalidad propia, buscando la expresión del carácter de cada variedad, con el máximo respecto por el medio ambiente.

La vendimia siempre es manual, en cajas, recogiendo y vinificando cada parcela por separado. La uva, entra verticalmente a la bodega, por gravedad, sin utilizar bombas de vendimia. Se realizan maceraciones peliculares en frío, para obtener más intensidad y calidad de aroma. Se hace un prensado muy suave, seguido de un desfangado estático, sin filtración. La crianza para los vinos tranquilos, en barricas se cuida al máximo, desde la selección de la madera hasta el seguimiento de la evolución de los vinos. Los cavas, la mayoría de los cuales con crianzas muy largas, de hasta 7 años, se clarifican manualmente en pupitres y son degollados según pedido.

En noviembre de 2012, decidieron dejar la D.O. Cava, para hacer vinos sinceros, frutos de una finca, de un clima concreto, de unas variedades autóctonas, y de una viticultura exigente, precisa y respetuosa. Quieren intentar crear una D.O. más “local”, muy orientada a la viticultura y súper exigente, con el objetivo de identificar sus vinos y poderlos transmitir mejor en el mundo. Han pensado en Conca del Riu Anoia, el nombre de una pequeña área geográfica, cercano al río Anoia y cuyos paisajes observan desde el bosque del Serral, en la zona norte de su finca.