Ardbeg

La elegancia y el carácter ahumado definen los whisky Ardbeg gracias al enclave perfecto donde se encuentra la destilería, a orillas de las aguas marinas de la costa y a un proceso selectivo y tradicional.

La historia de la Destilería Ardbeg se remonta hasta el 1794, aunque la fecha en la que se obtuvo la legalización para dicha actividad data del 1815. La destilería no detuvo la producción durante los siguientes 160 años. A mediados de los 70’s se cerraron las puertas y se mantuvo inoperativa durante más de una década hasta  su reapertura a finales de la década de
1980, hasta terminar en 1997 a manos de Glenmorangie plc. dando así muestras del resurgimiento de los whiskies Single Malt de Islay. En esta nueva etapa, uno de los hornos de la Destilería Ardbeg se ha convertido en un punto de reunión para los visitantes y la gente de la localidad. Funciona a modo de tienda-café, donde además también sirven comidas.
 
La principales características del whisky Islay Single Malt de Ardbeg son un carácter marino propiciado por una alta acumulación de algas en la costa, de modo que se integran al whisky aromas yodados transportados por el viento. Otra particularidad que hace tan especial a este whisky es el modo de tostado de la malta mediante la combustión de turba local en pagodas provistas únicamente de ventilación natural.  Tal acúmulo de humo impregna intensamente la malta dando un alto nivel de fenoles, aunque en este caso resulta suave y agradable. Por último, el origen turboso del agua, con la que se elabora el ahumado Ardbeg, proporciona al whisky una nota sápida mineral.

El whisky Ardbeg 10 Years es el malta de producción más regular y el de mayor distribución de la destilería. Consideran que el envejecimiento de 10 años es el suficiente para conseguir una satisfactoria maduración.