Viognier

Variedad de uva blanca casi desaparecida que ha sido recuperada con muy buenos resultados. Con ella se elaboran vinos con una elegante complejidad.

A finales de 1960 sólo quedaban 16 ha de esta variedad de uva blanca de origen incierto. A comienzos de este siglo XXI la variedad está viviendo un pequeño florecimiento a nivel mundial por que, aún siendo una cepa de difícil viticultura, tiene un gran potencial para la elaboración de vinos finos.

La Viognier es una variedad de brotación precoz y con un periodo de maduración medio. Necesita climas cálidos y con una buena insolación. Da muy buenos resultados en suelos graníticos.

La cepa presenta un pámpano de porte horizontal. Los racimos son de tamaño pequeño y compactos. Las bayas son de forma esférica, tamaño mediano y de coloración verde-amarilla. El hollejo es grueso. El mosto tiene un muy alto contenido en azúcares y de una baja a muy baja acidez.

Los vinos blancos de la uva Viognier pueden alcanzar un buen grado alcohólico y presentan una baja acidez. El color es de un amarillo dorado. En nariz ofrece aromas frutales y florales de gran intensidad, elegancia y complejidad, incluso a miel en los aromas más concentrados. En boca es complejo y untuoso, glicérido con un largo final. Por lo general se consumen durante los primeros años para apreciar todo su esplendor.

Los vinos blancos jovenes de Viognier maridan muy bien con platos asiáticos picantes, con quesos contundentes, aunque también puede acompañar a crustaceos, carnes blancas a la brasa y a pescados.

Otras denominaciones para la Viognier son: Galopine, Viogne y Vionnier.