Malbec
De origen francés, la variedad de uva Malbec es conocida por su implantación en Argentina siendo aún poco frecuente en los vinos españoles.
Actualmente, esta variedad tinta es una de las uvas emblemáticas de Argentina. El origen de la Malbec apunta a la vitivinícola región del sudoeste de Francia entre las provincias de Cahors, Quercy o La Touraine, donde también se conoce a esta variedad como Cot, o Auxerrois, Cot de Bordeaux, Cahors. Es una variedad que por lo general aporta al coupage un alto porcentaje completándose con la Tannat y Merlot.
En Argentina la introdujo a mediados del XIX Luis Pouget, alcanzando una gran difusión en la provincia de Mendoza, conocida junto a otras variedades galas como “uva francesa”.
Esta varietal se adapta perfectamente en climas soleados donde se registren acusados contrastes térmicos entre los días y las noches, favoreciendo así una buena carga tánica, coloración y acidez. Por lo referente a suelos, tiene buenos desarrollos en terrenos poco profundos, pedregosos y de composición arcillosa. En buenas condiciones, es una cepa de brotación y maduración tempranas, y de mediana a baja productividad.
Los racimos de esta variedad de uva tinta presentan una forma cónica con hombros semi-compacta, con bayas esféricas algo ovoides, de coloración intensa, llegando a un azul negruzco, y hollejo fino.
Los vinos con Malbec presentan soluciones muy versátiles. Con ella se pueden elaborar vinos jóvenes, rosados, espumosos y vinos de guarda. Destacan por una intensa tonalidad roja con irisaciones azuladas cuando son vinos jóvenes de Malbec. Desprenden unos aromas de ciruela muy madura, llegando a sensaciones de compotas. Y en boca, tanto si es joven como
crianza, es un vino agradable, seductor, llegando a conseguir una plácido romance con la madera y todos los matices de una crianza.
Todavía hay pocas elaboraciones de vinos españoles con Malbec.