Tinta de Toro
Variedad tinta autóctona de la Comunidad de Castilla y León. Sus vinos son contundentes.
Variedad tinta autóctona de la Comunidad de Castilla y León, en concreto de la DO Toro, donde ya se constata la importancia del vino a principios del s. XVI cuando se proclaman las leyes de Toro que ya ordenan, regulan y controlan la viticultura. Aunque es sabido que se debe a los romanos la introducción y primeros cultivos de la Vitis vinífera en las cuenca del río Duero. En 1990 la Comunidad de Castilla y León lleva a cabo un plan de selección clonal para preservar las características agronómicas y ampelográficas de las variedades autóctonas de la región.
Esta variedad está adaptada en la cuenca del Duero, a 700 m de altitud, entre suelos pobres, suelos aluviales de arenas, grabas y cascajos. Tiene pH ligeramente ácido. Es una cepa de brotación medio-tardía y de buena fertilidad. Es sensible a la acariosis, al oídio y a las polillas del racimo. De maduración media. La cepa presenta un pámpano de porte semierguido. El tamaño del racimo es de tamaño medio, compacto y cilíndrico. Con pequeños hombros. La baya es de color azul-violáceo oscuro, de tamaño medio, esférica y de hollejo grueso.
La Tinta de Toro da racimos concentrados, de un buen nivel en antocianas y alto poder alcohólico.
El vino de la variedad Tinta de Toro es un vino de tonalidades cárdenas a bermellonas, con aromas a frutas rojas. En boca son contundentes, voluminosos pero de final dulce. El vino con uva Tinta de Toro soporta prolongados envejecimientos en optimas condiciones.
Los vinos tintos de Toro maridan con platos elaborados y contundentes debido a su concentración y magnífica estructura.